Auditoria social

La auditoría social “es un proceso que permite a una organización evaluar su eficacia social y su comportamiento ético en relación a sus objetivos, de manera a que pueda mejorar sus resultados sociales o solidarios y dar cuenta de ellos a todas las personas comprometidas por su actividad.”
La trabajadora social, especialista en Gerencia del Desarrollo Humano, Mery Gallego F., define la Auditoría Social como aquella que “surge como estrategia que permite a las organizaciones evaluar, medir y controlar fines de mejoramiento progresivo, la gestión de lo social, entendiendo ésta como la aplicación de políticas y prácticas relacionadas con las personas tanto al interior como al exterior de ésta.
Referencias de Auditoría Social puede encontrarse desde las décadas tempranas del siglo XX, pero su mayor desenvolvimiento ocurre recientemente. El desarrollo de la auditoría social en los últimos años ha resultado en ampliación del beneficio que nos ofrece, convirtiéndose en un medio para el fortalecimiento de la democracia y la lucha contra la corrupción. Es por ello que podemos decir con propiedad que además de evaluar, medir y controlar la gestión social, busca hacerlo sobre la gestión política y de administración pública. Incluye de tal manera, la participación activa de las organizaciones de la sociedad civil en la auditoría de la gestión pública y se sigue denominando social, por originarse desde la sociedad civil.
La auditoría social va más allá de la simple auditoría financiera y contable. Esta incluye planes, estrategias, proyectos, políticas, procedimientos y practicas ejercidas por la organización o institución auditada. Revisa el sistema de información, contratos y programas, estructura y funcionamiento de las unidades organizacionales, sus productos y servicios, además de los estados financieros, cumplimiento de leyes y regulaciones. De este ejercicio, total o parcial, debe resultar un producto con propuestas de mejoramiento institucional.
La auditoría social entendida de tal manera, con cuyos resultados mejora sus procedimientos y actuación, se considera como un componente importante en varios ambientes.
1. Empresarial
Los pioneros de las auditorías sociales fueron las grandes empresas y corporaciones transnacionales privadas. Aries TSE-Reports, nos dice que la más representativa y citada es la compañía británica Body Shop International, productora de cosméticos. La Ben and Jerrys Homemade Inc de USA, la cooperativa de consumo italiana Holding, que agrupa a otras 16 cooperativas más. Las auditorías sociales en estas empresas capacitan al personal ejecutivo, administrativo y operario en su accionar para la inclusión, participación y transparencia. Organismos internacionales están buscando difundir y aplicar la Auditoría Social a empresas sociales o de la economía social.
2. Social
El otro ambiente en que se considera importante la auditoría social es en las organizaciones sociales gremiales y de desarrollo socio económico. Solamente que, como en muchas empresas privadas, en estas organizaciones hay bastante resistencia de realizar la Auditoría Social, particularmente por los líderes o dirigentes de las mismas. Debido a que la auditoría social interna conlleva exponer, por parte de la dirigencia a los afiliados, los procedimientos en la toma de decisiones, la distribución y ejecución de presupuestos y el mejoramiento de procesos de control, los dirigentes consideran esto una amenaza a su estabilidad política interna.
Pareciera más fácil realizar auditoría social en organizaciones para el desarrollo, o las denominadas ONGs/OPDs, y en las Fundaciones. Normalmente son organizaciones con estructuras sencillas, lo que puede pensarse en auditorías sociales sencillas. No obstante, la mayoría de ellas mantiene en cuartos obscuros sus manejos internos, excepto para las agencias madrinas que les financian sus proyectos, quienes las obligan a realizar auditorías, más que todo contables. La auditoría social para estas organizaciones debería hacerse y exigirse desde los mismos beneficiarios de los fondos en nombre de quién se solicitan a las agencias financieras. Debe ser esta población la más interesada en que estas fundaciones y ONGs funcionen bien o mejor.
3. Político
El tercer ambiente para la auditoría social es el ambiente político y público. Bajo este ambiente, el concepto se dirige al proceso evaluativo (eficiencia y calidad del servicio), de medición (rendición de cuentas) y control (transparencia), ejercido desde lo externo del Sector Público por la ciudadanía organizada, a la acción y al ejercicio administrativo de un ente privado o público, destinado a producir un servicio de interés social o colectivo, con recursos del Estado y de la comunidad internacional.
Entre otras, las funciones de la Auditoría Social en lo político administrativo son:
1. Velar por el adecuado funcionamiento de la administración pública; por la transparencia y eficacia en todos sus actos.
2. Atender toda denuncia sobre violación al derecho público, al derecho de ser servido con prontitud, eficiencia, sencillez y claridad.
3. Atender toda denuncia sobre violación al derecho humano, a la seguridad económica, a la seguridad e integridad física y moral por parte de agentes del Estado.
4. Solicitar y obtener información sobre los proyectos, planes y acciones concernientes a la inversión pública, las fuentes de inversión y la ejecución de presupuestos destinados al bien público o colectivo.
5. Coordinar con las instancias gubernamentales, privadas, locales, nacionales e internacionales el intercambio de
información confiable y clara, para lograr evaluar los resultados de los proyectos y programas de interés público.
6. Contribuir al buen gobierno local, regional y nacional, estimulando a los gobernantes al cumplimiento transparente de sus funciones y sus promesas de campaña y a mantener su legitimidad de autoridad y gobernante.
II. Experiencias
En varios países de América Latina se ejerce como un medio idóneo de reducir la corrupción, el crimen organizado, los abusos de autoridad, el mal servicio público, la democratización política y logra fortalecer la gobernabilidad.
Sin pretender agotar el inventario de experiencias ni mucho menos, seguido citamos algunos casos.
Desde hace más de dos años, en México han existido más de 800 Comités Comunitarios considerados como comisiones de control y vigilancia, que ejercen la auditoría social. Estos comités realizan labores de verificación, supervisión, vigilancia y evaluación de los recursos, obras y acciones que se realizan con el Fondo de Desarrollo Social Municipal. Sus funciones consisten en:
Promover y coordinar la participación social en las acciones del control y vigilancia.
Apoya en la realización de una estricta vigilancia física de las obras y de la buena actuación de los servidores públicos.
Orienta a los comités comunitarios en el llenado y utilización de elementos básicos de control, tales como: programa de trabajo,
archivos, actas, control de gastos, entrada y salida de materiales, entre otros.
Apoya el funcionamiento del Sistema de Quejas y Denuncias y Atención a la ciudadanía para darle seguimiento a cualquier irregularidad, para que pueda solucionarse a través del propio comité, la Presidencia Municipal, la contraloría General del Estado o Secretaría y Desarrollo Administrativo.
En el mismo México está Causa Ciudadana integrada por ciudadanos de diversas ideologías políticas y distintos estratos socioeconómicos, uniéndolos el interés de coadyuvar en el difícil tránsito hacia la democracia. Cubre más de 60 delegaciones municipales en 20 estados del país.
También en existe el Sistema de Atención Ciudadana (SISAC), donde los ciudadanos tienen acceso a buzones, distribuidos en las oficinas de servicio público, para introducir sus quejas sobre el trato recibido por los funcionarios del gobierno. Esto tiene un carácter menos participativo y de manejo social.
Desde 1989 en Argentina existe lo que se denomina Control Ciudadano. Es una fundación que promueve la participación y la responsabilidad ciudadana. Invita a hacer uso de los derechos constitucionales y promueve el debate sobre las formas en que se puede organizar la participación ciudadana en la vida política, en la educación y en la justicia. Entre los objetivos específicos de Control Ciudadano están:
Comprometer al conjunto de la sociedad en el diseño y ejecución de sistemas de control de la corrupción en el sector público;
Mejorar el sistema de representación a través de la participación de los ciudadanos en los canales ya existentes y creación de nuevas alternativas que mejoren la relación entre representantes y representados; y,
Contribuir a fortalecer las instituciones democráticas a través de la divulgación y activación de mecanismos de fiscalización ciudadana de los actos de gobierno, promoviendo el ejercicio de derechos individuales y colectivos.
Control Ciudadano integra una red nacional de organizaciones no gubernamentales para el cumplimiento de estos objetivos, con una intercomunicación fluida, que les facilita la marcha de actividades conjuntas y la elaboración de políticas nacionales. [6]
En Colombia existen las veedurías, que se han extendido en muchas zonas del país, enfrentando las dificultades de una sociedad en grandes conflictos intestinales y que actualmente se tornan insoportables para la sociedad civil.
Importancia de las Auditorías Sociales
Para cualquier persona versada en el mundo político actual es comprensible que las Auditorías Sociales, o como se le denomine en los diferentes ambientes, regiones o países, constituyen un medio a la democratización y su fortalecimiento. Abren paso a la participación ciudadana y con mayor énfasis en la ciudadanía pobre y desprotegida.
Entre las potencialidades que encontramos en las Auditorías Sociales, podemos mencionar las siguientes:
1. Son un medio de participación activa de la ciudadanía.
2. Levanta la auto estima de la ciudadanía al obtener los medios idóneos de hacerse escuchar, tanto en la queja, en la protesta, como en la propuesta.
3. Llena los espacios no cubiertos por los entes contralores del Estado.
4. Son un complemento de investigación, evaluación y control para los entes contralores del Estado.
5. Con una visión integradora, contribuyen al mejoramiento económico, social y político de las comunidades.
6. Fortalecen las organizaciones de la sociedad civil.
7. Contribuyen al fortalecimiento de la democracia y la gobernabilidad.

La auditoría social “es un proceso que permite a una organización evaluar su eficacia social y su comportamiento ético en relación a sus objetivos, de manera a que pueda mejorar sus resultados sociales o solidarios y dar cuenta de ellos a todas las personas comprometidas por su actividad.”
La trabajadora social, especialista en Gerencia del Desarrollo Humano, Mery Gallego F., define la Auditoría Social como aquella que “surge como estrategia que permite a las organizaciones evaluar, medir y controlar fines de mejoramiento progresivo, la gestión de lo social, entendiendo ésta como la aplicación de políticas y prácticas relacionadas con las personas tanto al interior como al exterior de ésta.
Referencias de Auditoría Social puede encontrarse desde las décadas tempranas del siglo XX, pero su mayor desenvolvimiento ocurre recientemente. El desarrollo de la auditoría social en los últimos años ha resultado en ampliación del beneficio que nos ofrece, convirtiéndose en un medio para el fortalecimiento de la democracia y la lucha contra la corrupción. Es por ello que podemos decir con propiedad que además de evaluar, medir y controlar la gestión social, busca hacerlo sobre la gestión política y de administración pública. Incluye de tal manera, la participación activa de las organizaciones de la sociedad civil en la auditoría de la gestión pública y se sigue denominando social, por originarse desde la sociedad civil.
La auditoría social va más allá de la simple auditoría financiera y contable. Esta incluye planes, estrategias, proyectos, políticas, procedimientos y practicas ejercidas por la organización o institución auditada. Revisa el sistema de información, contratos y programas, estructura y funcionamiento de las unidades organizacionales, sus productos y servicios, además de los estados financieros, cumplimiento de leyes y regulaciones. De este ejercicio, total o parcial, debe resultar un producto con propuestas de mejoramiento institucional.
La auditoría social entendida de tal manera, con cuyos resultados mejora sus procedimientos y actuación, se considera como un componente importante en varios ambientes.
1. Empresarial
Los pioneros de las auditorías sociales fueron las grandes empresas y corporaciones transnacionales privadas. Aries TSE-Reports, nos dice que la más representativa y citada es la compañía británica Body Shop International, productora de cosméticos. La Ben and Jerrys Homemade Inc de USA, la cooperativa de consumo italiana Holding, que agrupa a otras 16 cooperativas más. Las auditorías sociales en estas empresas capacitan al personal ejecutivo, administrativo y operario en su accionar para la inclusión, participación y transparencia. Organismos internacionales están buscando difundir y aplicar la Auditoría Social a empresas sociales o de la economía social.
2. Social
El otro ambiente en que se considera importante la auditoría social es en las organizaciones sociales gremiales y de desarrollo socio económico. Solamente que, como en muchas empresas privadas, en estas organizaciones hay bastante resistencia de realizar la Auditoría Social, particularmente por los líderes o dirigentes de las mismas. Debido a que la auditoría social interna conlleva exponer, por parte de la dirigencia a los afiliados, los procedimientos en la toma de decisiones, la distribución y ejecución de presupuestos y el mejoramiento de procesos de control, los dirigentes consideran esto una amenaza a su estabilidad política interna.
Pareciera más fácil realizar auditoría social en organizaciones para el desarrollo, o las denominadas ONGs/OPDs, y en las Fundaciones. Normalmente son organizaciones con estructuras sencillas, lo que puede pensarse en auditorías sociales sencillas. No obstante, la mayoría de ellas mantiene en cuartos obscuros sus manejos internos, excepto para las agencias madrinas que les financian sus proyectos, quienes las obligan a realizar auditorías, más que todo contables. La auditoría social para estas organizaciones debería hacerse y exigirse desde los mismos beneficiarios de los fondos en nombre de quién se solicitan a las agencias financieras. Debe ser esta población la más interesada en que estas fundaciones y ONGs funcionen bien o mejor.
3. Político
El tercer ambiente para la auditoría social es el ambiente político y público. Bajo este ambiente, el concepto se dirige al proceso evaluativo (eficiencia y calidad del servicio), de medición (rendición de cuentas) y control (transparencia), ejercido desde lo externo del Sector Público por la ciudadanía organizada, a la acción y al ejercicio administrativo de un ente privado o público, destinado a producir un servicio de interés social o colectivo, con recursos del Estado y de la comunidad internacional.
Entre otras, las funciones de la Auditoría Social en lo político administrativo son:
1. Velar por el adecuado funcionamiento de la administración pública; por la transparencia y eficacia en todos sus actos.
2. Atender toda denuncia sobre violación al derecho público, al derecho de ser servido con prontitud, eficiencia, sencillez y claridad.
3. Atender toda denuncia sobre violación al derecho humano, a la seguridad económica, a la seguridad e integridad física y moral por parte de agentes del Estado.
4. Solicitar y obtener información sobre los proyectos, planes y acciones concernientes a la inversión pública, las fuentes de inversión y la ejecución de presupuestos destinados al bien público o colectivo.
5. Coordinar con las instancias gubernamentales, privadas, locales, nacionales e internacionales el intercambio de
información confiable y clara, para lograr evaluar los resultados de los proyectos y programas de interés público.
6. Contribuir al buen gobierno local, regional y nacional, estimulando a los gobernantes al cumplimiento transparente de sus funciones y sus promesas de campaña y a mantener su legitimidad de autoridad y gobernante.
II. Experiencias
En varios países de América Latina se ejerce como un medio idóneo de reducir la corrupción, el crimen organizado, los abusos de autoridad, el mal servicio público, la democratización política y logra fortalecer la gobernabilidad.
Sin pretender agotar el inventario de experiencias ni mucho menos, seguido citamos algunos casos.
Desde hace más de dos años, en México han existido más de 800 Comités Comunitarios considerados como comisiones de control y vigilancia, que ejercen la auditoría social. Estos comités realizan labores de verificación, supervisión, vigilancia y evaluación de los recursos, obras y acciones que se realizan con el Fondo de Desarrollo Social Municipal. Sus funciones consisten en:
Promover y coordinar la participación social en las acciones del control y vigilancia.
Apoya en la realización de una estricta vigilancia física de las obras y de la buena actuación de los servidores públicos.
Orienta a los comités comunitarios en el llenado y utilización de elementos básicos de control, tales como: programa de trabajo,
archivos, actas, control de gastos, entrada y salida de materiales, entre otros.
Apoya el funcionamiento del Sistema de Quejas y Denuncias y Atención a la ciudadanía para darle seguimiento a cualquier irregularidad, para que pueda solucionarse a través del propio comité, la Presidencia Municipal, la contraloría General del Estado o Secretaría y Desarrollo Administrativo.
En el mismo México está Causa Ciudadana integrada por ciudadanos de diversas ideologías políticas y distintos estratos socioeconómicos, uniéndolos el interés de coadyuvar en el difícil tránsito hacia la democracia. Cubre más de 60 delegaciones municipales en 20 estados del país.
También en existe el Sistema de Atención Ciudadana (SISAC), donde los ciudadanos tienen acceso a buzones, distribuidos en las oficinas de servicio público, para introducir sus quejas sobre el trato recibido por los funcionarios del gobierno. Esto tiene un carácter menos participativo y de manejo social.
Desde 1989 en Argentina existe lo que se denomina Control Ciudadano. Es una fundación que promueve la participación y la responsabilidad ciudadana. Invita a hacer uso de los derechos constitucionales y promueve el debate sobre las formas en que se puede organizar la participación ciudadana en la vida política, en la educación y en la justicia. Entre los objetivos específicos de Control Ciudadano están:
Comprometer al conjunto de la sociedad en el diseño y ejecución de sistemas de control de la corrupción en el sector público;
Mejorar el sistema de representación a través de la participación de los ciudadanos en los canales ya existentes y creación de nuevas alternativas que mejoren la relación entre representantes y representados; y,
Contribuir a fortalecer las instituciones democráticas a través de la divulgación y activación de mecanismos de fiscalización ciudadana de los actos de gobierno, promoviendo el ejercicio de derechos individuales y colectivos.
Control Ciudadano integra una red nacional de organizaciones no gubernamentales para el cumplimiento de estos objetivos, con una intercomunicación fluida, que les facilita la marcha de actividades conjuntas y la elaboración de políticas nacionales. [6]
En Colombia existen las veedurías, que se han extendido en muchas zonas del país, enfrentando las dificultades de una sociedad en grandes conflictos intestinales y que actualmente se tornan insoportables para la sociedad civil.
Importancia de las Auditorías Sociales
Para cualquier persona versada en el mundo político actual es comprensible que las Auditorías Sociales, o como se le denomine en los diferentes ambientes, regiones o países, constituyen un medio a la democratización y su fortalecimiento. Abren paso a la participación ciudadana y con mayor énfasis en la ciudadanía pobre y desprotegida.
Entre las potencialidades que encontramos en las Auditorías Sociales, podemos mencionar las siguientes:
1. Son un medio de participación activa de la ciudadanía.
2. Levanta la auto estima de la ciudadanía al obtener los medios idóneos de hacerse escuchar, tanto en la queja, en la protesta, como en la propuesta.
3. Llena los espacios no cubiertos por los entes contralores del Estado.
4. Son un complemento de investigación, evaluación y control para los entes contralores del Estado.
5. Con una visión integradora, contribuyen al mejoramiento económico, social y político de las comunidades.
6. Fortalecen las organizaciones de la sociedad civil.
7. Contribuyen al fortalecimiento de la democracia y la gobernabilidad.